4 de enero de 2009

Los vecinos rechazan el incremento de las tasas municipales

A la suba de las tazas, los paranaenses contrapusieron las deficiencias en la prestación de los servicios y la falta de obras. Baches, falencias de iluminación, carencia de cloacas y falta de respuestas, son los principales planteos. El bloque de concejales radicales denunció que el gobierno “despilfarra los dineros públicos” y expresó sorpresa ante la prórroga de la emergencia. Para Griselda Silva, presidenta de la comisión vecinal Aatra III y IV, el aumento de las tasas “es una barbaridad”, aunque expresó incertidumbre ante los números que reflejarán las próximas boletas. “No sabemos con qué nos vamos a encontrar”, dijo y empezó a detallar el derrotero que han tenido los reclamos del barrio.La decisión de la Municipalidad de Paraná de aumentar las tasas cayó como un balde de agua fría en la ciudad y si bien hasta este sábado todavía había vecinos que guardaban mesura a la hora de opinar -pues pedían tiempo para interiorizarse de lo detalles de la medida-, la mayoría de los consultados por EL DIARIO expresaron desconcierto y un rotundo rechazo.Y, casi unánimemente, contrapusieron la deficiencia de servicios prestados por la comuna, el estado de la ciudad y la carencia de obras públicas. “Así como está la ciudad, no se entiende el por qué del aumento”, reflexionó Juan, un remisero, haciéndose eco de la queja que copó los comentarios de los pasajeros.La noticia sobre el incremento de las tasas trascendió el viernes, tras la difusión de un decreto mediante el que la gestión encabezada por José Carlos Halle resolvió actualizar los avalúos de los inmuebles (predios y construcciones).Justamente el valor de las propiedades es la base imponible de las tasas General Inmobiliaria y de Servicios Sanitarios.Para Griselda Silva, presidenta de la comisión vecinal Aatra III y IV, el aumento de las tasas “es una barbaridad”, aunque expresó incertidumbre -y una cuota de ansiedad- ante los números que reflejarán las próximas boletas. “No sabemos con qué nos vamos a encontrar”, dijo y empezó a detallar el derrotero que han tenido los reclamos del barrio.“Los primeros días de diciembre fuimos a Alumbrado Público porque había 12 o 13 farolas rotas. Y nos dijeron que estaban sin repuestos, que no había plata porque estaban juntando dinero para pagar el aguinaldo”.También citó el caso de un caño roto por el que se estuvo reclamando meses -por nota y telefónicamente-.Finalmente se reparó pero ahora -desde hace unos 20 días- hay otro con pérdidas en calle Islas del Ibicuy, llegando a Gualeguay. Todavía no hay respuestas, aseveró.Así las cosas, Silva dijo que el año pasado la comisión vecinal fue y vino con pedidos y notas. Y el resultado fue pobre: “Lo único que conseguimos fueron unas farolas y que nos carpieran el polideportivo”.Para este año, los vecinos confían en que la situación mejore y se concreten una serie de obras prometidas por las autoridades.“Hace tres meses arreglé el tren delantero del auto y ya se me rompió”. Así empezó respondiendo Daniel Patat, ex vecinalista del barrio Moscón III, a la consulta sobre la actualización de las tasas.Luego agregó que “las calles en la ciudad están llenas de baches y ni siquiera los semáforos funcionan bien”. Además aseguró que “en el barrio el camión recolector pasa espaciado y el regador -necesario para aplacar el polvo de las calles- no llega nunca”. Este año ya van dos veces que el vecindario se queda sin agua y el ingreso por el barrio Alloatti no tiene luz: “No anda ningún foco, es una boca de lobos”, aseveró. Los que sí rescató el vecino es la seguridad brindada por la comisaría de la zona.“La gente realmente no puede pagar. No dan los sueldos y te intiman de todos lados. Por eso no estamos de acuerdo con el aumento”, aseveró José Cerrotti, presidente de la comisión vecinal Floresta Sur.El vecino puntualizó además que la zona viene teniendo inconvenientes con la Municipalidad, que no logra resolver. Por ejemplo, dijo que llegan notificaciones de pago de tasas a contribuyentes que están al día y el aviso de cobro de obras de asfalto en calles que siguen de tierra. Las arterias en cuestión son Clark (una cuadra) y Las Calandrias. En tanto, dijo no tener quejas en relación a los servicios de iluminación y recolección de basura.Un testimonio similar fue el de Carlos Vivas, de la comisión vecinal del barrio Cuarteles, quien opinó que “no es el momento” de subir los tributos. Es que “la gente no ha tenido aumento de sueldo”, explicó para concluir que se trata de una medida eminentemente recaudatoria.Se quejó de la falta de luces, de bacheo y de la ejecución de obras como el entubado del arroyo Antoñico. Recordó que la anterior gestión municipal había anunciado los trabajos, pero no hubo avances. Ahora se renovó la promesa, aunque esta vez lo hizo la provincia con recursos de la Nación, puntualizó más esperanzado.Los incrementos fueron catalogados como “desfavorables” por vecinos del barrio José Hernández, aunque se mostraron cautos puesto que no saben cuáles serán los porcentajes que tendrán sus boletas. Así y todo, manifestaron que ya el pago de una tasas de 35 pesos viene siendo pesado para un titular cuyos ingresos rondan los 700 pesos.“Un desastre”, así calificaron los servicios públicos, vecinos del barrio Vucetich. Aseveran que las calles están llenas de basura, pues hace años que la zona carece de un barrendero estable, y por las cunetas corre en forma habitual líquidos emanados de los pozos negros.El sector quedó relegado de la red de cloacal y hace años que espera la obra. Mientras tanto, “es una locura la gran cantidad de moscas que hay en la calle, los pozos están saturados y olor es terrible”, describió Ángel. El servicio atmosférico municipal “sigue siendo deficiente”. Con esa descripción, el vecino rechazó las subas.Por su parte, Gabriela Martínez, presidente de la vecinal Los Tilos, dijo no conocer en detalle la medida, aunque destacó que se aumente la carga impositiva a los baldíos.En el caso de su barrio, hay predios, que pese a tener dueños, la comuna debe hacer el mantenimiento. Dijo que la vecinal solicitó al Municipio para que obligue a los propietarios a que cerquen las tierras, pues los baldíos se llenan de basura y yuyos.“Por ahí la gente pide servicios, pero (la prestación) debe ser recíproca”, razonó al respecto. En cuanto a los criterios del aumento, coincidió en que hay zonas en las que el valor de las propiedades ha crecido notablemente.La media del incremento que se aplicará a las tasas rondará el 67 por ciento. Aunque el tenor de la suba será en escala -desde 0 por ciento hasta alcanzar el 95 por iento- y operará según la ubicación del inmueble, la calidad de la construcción y el acceso a los servicios públicos. (Es decir, se trata de una zona dotada de cloacas, agua, luz, entre otros)La resolución municipal, tomada a través de un decreto y en el marco de la ordenanza Tributaria 2008, generó críticas desde el radicalismo. El bloque de concejales calificó “inconsultas y arbitrarias” a las decisiones adoptadas por el Gobierno municipal, al tiempo que atribuyeron la necesidad de incrementar las tasas a la concreción de “gastos en excesivos nombramientos de funcionarios” y al “despilfarro de los dineros públicos”. A la suba de tasas, el sector añadió la resolución del Ejecutivo de prorrogar por segundo año consecutivo la declaración de la emergencia económica de la Comuna, medida que se conoció conjuntamente a la actualización de los tributos y “aprovechando un receso administrativo”, consigna el parte.“Vemos con sorpresa que por decreto se establezcan nuevas zonas tributarias y un aumento en los avalúos que significará un incremento en las tasas municipales, sin la debida discusión en el Concejo Deliberante”, consigna el comunicado firmado por Ana Sione, Danilo Bello, Liliana Lampan y Horacio Piceda. Asimismo recordaron a los actuales funcionarios municipales que a fines de 2005 se dispuso un aumento de avalúos del 38% para zonas 1, 2, 3 y 4 y un 30 por ciento para el resto de las zonas. El dato fue citado para contrarrestar la aseveración del Gobierno municipal, que al anunciar la decisión aseveró que los avalúos no se actualizan desde 1993. La medida abarca a las tasas General Inmobiliaria y a la aplicada por los Servicios Sanitarios. Por la primera, el Municipio se cobra los servicios de alumbrado, barrido y limpieza y por la segunda la provisión de agua potable y las mantención de las redes cloacales.El gobierno resolvió actualizar los montos de los avalúos fiscales de la propiedades. Uno de las razones expuestas fue el hecho de que los costos de los servicios duplica la recaudación en concepto de ambos tributos.Los jubilados y pensionados, titulares de inmuebles, quedarán exceptuados de la suba de tasas. Además, un 17 por ciento de partidas no tendrán incrementos en las tasas, pues corresponden a situaciones de mayor vulnerabilidad socioeconómica, informó la comuna.La última actualización se produjo hace tres años, durante la gestión de Julio Solanas. En esa oportunidad, se aplicó subas del 38 por ciento y del 30 por ciento en los avalúos y se incorporó el cobro de una suma fija (10 pesos por bimestre) en concepto del Fondo Solidario para la Obra Pública. El impacto para algunos sectores de la ciudad significó alrededor del 100 por ciento de aumento. En ese momento, el gobierno informó que dedicaría el aumento de la recaudación a la ejecución de obras públicas. Concretamente, se mencionó el saneamiento del arroyo de La Santiagueña. Los trabajos todavía están sin hacer.Las boletas modificadas llegarán en febrero y será el anticipo de la tasa inmobiliaria.
Fuente: analisisdigital.com.ar

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