Ricardo Goñi, secretario de Medio Ambiente de la Municipalidad de Paraná, informó que el ex frigorífico como uno de los lugares para instalar la planta de tratamiento de residuos urbanos “fue prácticamente descartado en forma inmediata”. En tanto, sobre la posibilidad de construirla en un predio de San Benito dijo que también está descartada al menos por ahora, teniendo en cuenta que “hay un inconveniente legal” ya que “la basura es propiedad del municipio”. Si bien la localización de la planta en el Acceso Norte de Paraná es una “posibilidad cierta”, también “se analizan otros lugares”, adelantó. “Lo del ex frigorífico está ya descartado, prácticamente fue en forma inmediata. No es el lugar más apto para un emprendimiento de este tipo” y por ende “está prácticamente desechada”, confirmó Goñi. El funcionario tampoco hizo lugar a la posibilidad deslizada por el intendente de San Benito, Ángel Vázquez, para llevar la planta a un predio del pueblo: “No en San Benito debido a que tenemos un inconveniente legal, porque la basura es propiedad del municipio y de hacerlo sería depositar nuestros residuos en otras jurisdicciones y hasta tanto eso no tenga un marco legal óptimo, no es conveniente hacerlo”. En este sentido aportó que “no hay una norma nacional que permita ese tipo de operaciones y la potestad es de los municipios; aunque “habría que charlarlo”, agregó. El secretario de Medio Ambiente, dijo además que tras la realización de la audiencia pública por la planta “se han pedido analizar muchísimos lugares y a eso lo está haciendo el área de Planificación”. Sin embargo, contó que desde la Comuna el lugar elegido para la instalación del emprendimiento sigue siendo “el Acceso Norte” como una “posibilidad cierta”, concluyó Goñi en declaraciones a Apf.
Fuente: http://www.eloncedigital.com.ar/
**De quien publica este blog:
Mientras los paranaenses seguimos viviendo sumergidos en el humo del volcadero, familias enteras continúan inmersas entre montañas de residuos de toda índole y los minibasurales proliferan cada día en diversas esquinas de la ciudad, el municipio sigue sin tener una política acerca del tema.
La posibilidad de una planta de tratamiento está mas cercana a un negocio de particulares que a una medida seria por parte de las autoridades. Se sabe que hay un proyecto, de dudosa seriedad, una empresa que “gano” una licitación, y unos supuestos fondos que evitarían semejante desembolso por parte del municipio.
Más allá de la creación de mesas de diálogos, debates no vinculantes y apariciones mediáticas, la municipalidad aun no sabe donde ubicar la planta, ni que hará con los trabajadores informales de la basura, y mucho menos como generará sus recursos la empresa adjudicada.
La ubicación es uno de los puntos más críticos o al menos el que muestra la debilidad de la supuesta política sobre el tema. El municipio no quiere construir la planta en el predio del actual volcadero, lugar que resultaría obvio, sosteniendo que no hay seguridad acerca de que los trabajadores informales acepten todos los términos y en algún momento, cansados del nuevo sistema, tomen las instalaciones. Postura bastante contradictoria si tenemos en cuenta que son las mismas autoridades las que plantean incorporar al nuevo sistema a éstos trabajadores, generándoles un trabajo genuino. Además, si la idea propuesta por el municipio es que el primer “filtrado” de residuos sea realizado por los trabajadores informales, quedándose estos con la parte que les resulte útil, no se ve claramente en que parte estaría el trabajo genuino y mucho menos de donde saldrían los beneficios de la empresa, la cual solo podría disponer de las sobras de residuos, los cuales no generan recurso alguno.
El tratamiento de residuos es uno de los negocios enorme en cualquier lugar del mundo, sin embargo en nuestra ciudad tenemos una sola empresa interesada y un municipio que no quiere “hacer olas” y evita enfrentamientos, que al final pagamos todos, respirando nubes toxicas provenientes del volcadero y conviviendo entre los minibasurales de cada esquina.
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Mientras los paranaenses seguimos viviendo sumergidos en el humo del volcadero, familias enteras continúan inmersas entre montañas de residuos de toda índole y los minibasurales proliferan cada día en diversas esquinas de la ciudad, el municipio sigue sin tener una política acerca del tema.
La posibilidad de una planta de tratamiento está mas cercana a un negocio de particulares que a una medida seria por parte de las autoridades. Se sabe que hay un proyecto, de dudosa seriedad, una empresa que “gano” una licitación, y unos supuestos fondos que evitarían semejante desembolso por parte del municipio.
Más allá de la creación de mesas de diálogos, debates no vinculantes y apariciones mediáticas, la municipalidad aun no sabe donde ubicar la planta, ni que hará con los trabajadores informales de la basura, y mucho menos como generará sus recursos la empresa adjudicada.
La ubicación es uno de los puntos más críticos o al menos el que muestra la debilidad de la supuesta política sobre el tema. El municipio no quiere construir la planta en el predio del actual volcadero, lugar que resultaría obvio, sosteniendo que no hay seguridad acerca de que los trabajadores informales acepten todos los términos y en algún momento, cansados del nuevo sistema, tomen las instalaciones. Postura bastante contradictoria si tenemos en cuenta que son las mismas autoridades las que plantean incorporar al nuevo sistema a éstos trabajadores, generándoles un trabajo genuino. Además, si la idea propuesta por el municipio es que el primer “filtrado” de residuos sea realizado por los trabajadores informales, quedándose estos con la parte que les resulte útil, no se ve claramente en que parte estaría el trabajo genuino y mucho menos de donde saldrían los beneficios de la empresa, la cual solo podría disponer de las sobras de residuos, los cuales no generan recurso alguno.
El tratamiento de residuos es uno de los negocios enorme en cualquier lugar del mundo, sin embargo en nuestra ciudad tenemos una sola empresa interesada y un municipio que no quiere “hacer olas” y evita enfrentamientos, que al final pagamos todos, respirando nubes toxicas provenientes del volcadero y conviviendo entre los minibasurales de cada esquina.
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